Explica IMSS Veracruz Sur sobre depresión postparto

El Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Veracruz Sur informa que después de tener un hijo es normal tener episodios de llanto o melancolía, lo cual se pasa en una o dos semanas, pero la falta de apetito o el no querer estar cerca de su bebé es una señal de alarma para una probable depresión postparto.

Angélica Adriana Ledezma Rodríguez, médico Gineco-Obstetra del Hospital General Regional (HGR) No. 1 de Orizaba, explicó que el embarazo por sí mismo es un periodo de cambios y después de tener un hijo se pueden presentar cambios en el estado de ánimo, sentirse ansiosas o abrumadas, tener irritabilidad o poca concentración, pero esto, generalmente, desaparece en unos días o una semana.

Sin embargo, los síntomas de la depresión postparto duran más tiempo y son más graves, como: cambios de humor, llorar demasiado, alejamiento de familiares y amigos, tener sentimientos de inutilidad, vergüenza, o ineptidud, sentir temor de quedarse sola con el recién nacido, preocuparse intensamente o en su defecto tener muy poco interés, dificultad para establecer un vínculo con él, intensa ansiedad o ataques de pánico y tener pensamientos negativos hacia el bebé o hacia sí misma.

Ledezma Rodríguez señaló que este trastorno puede afectar a cualquier madre y ocurre después del nacimiento de cualquier hijo, no solo del primero, pero explicó que el resigo aumenta si la paciente tiene antecedentes de depresión, trastorno bipolar, familiares con depresión post parto, problemas para amamantar, problemas con la pareja, embarazo no planeado o problemas económicos.

La especialista indicó que la depresión postparto de no tratarse puede llegar a afectar el vínculo entre madre e hijo, aumenta las posibilidades de que el padre sufra también depresión y los niños son más propensos a tener problemas emocionales, de comportamiento o retrasos en el desarrollo del lenguaje.
Mencionó que esta condición no significa que no quiera a su bebé, sino que la mamá necesita ayuda profesional para superar el cuadro, para ello es importante el respaldo de la familia y buscar el apoyo en las Unidades de Medicina Familiar (UMF) para que sean canalizadas a un segundo nivel de atención en los módulos de salud mental.

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